sábado, 28 de abril de 2012

Algo más que un monumento

Forzada a desprenderse del espacio al que daba paso desde la calle y que durante tantos años la había dotado de sentido, la envergadura material y el carácter folclórico de la puerta de ingreso a la Antigua Prisión de Penas Aflictivas de Cartagena invitaban a presagiar la caricatura de una monumental portada de feria; sin embargo, creemos que se ha logrado algo más.





























Aquí la historia acoge al ciudadano, invitándolo al descanso o al encuentro con el otro. Así mismo da cabida al encuentro con la naturaleza; el incesante movimiento solar se muestra a los ojos del viandante a través de las sombras proyectadas sobre las acanaladuras de una piel blanca con la que se ha cubierto la estructura, elemento necesario que dota de estabilidad material al conjunto. 
Al tiempo detenido de la historia, se han sumado el lento suceder de los ciclos naturales y el hombre como formas que se proyectan sobre el escenario de lo construido. 
Ahora, en este preciso instante, tras una simultaneidad de capas donde el artificio y la vida diluyen sus límites, se nos ofrece una escena contemporánea, un lugar que erige al ciudadano como el verdadero protagonista de esta trama.



















En las experiencias memorables de arquitectura, el espacio, la materia y el tiempo se funden en una única dimensión, en la sustancia básica del ser que penetra nuestra consciencia. Nos identificamos con este espacio, este lugar, este momento, y estas dimensiones pasan a ser ingredientes de nuestra misma existencia. La arquitectura es el arte de la reconciliación entre nosotros y el mundo, y esta mediación tiene lugar a través de los sentidos. 

Juhani Pallasmaa

viernes, 20 de abril de 2012

Desnudo

                                 Desnudo
                           “sólo desnudándonos el mundo podrá tocarnos”


Los pies hablan a la arena, se van quemando poco a poco por las palabras desnudas de la tierra. He sentido todo el mundo desde los ojos de mis manos, desde los párpados de mis rodillas, desde los oídos de mi espalda. Y el corazón, hoy arena y rocas, se desmenuza en un baño de mar líquido que me arroja rebotando sobre el acantilado. Y allí, descalzo en el mundo, huérfano de tierra y de fuego, la manta del agua me calienta, me da sosiego y calma las hienas que lloran y gritan en la oscuridad profunda. En ese instante de arraigo y pertenencia, de interminable quietud, he escuchado a todos, he amado a todos y me he amado a mí mismo.

Ufarte

viernes, 13 de abril de 2012

Un primer paso hacia el HABITAR

Un arquitecto es considerado un ser cualificado para modificar un territorio. A través de su intervención en el medio, propone una forma diferente de estar ahí, una nueva manera de mirar o colocarse en relación con lo existente. 
Su caja de herramientas invisible contiene al Hombre, potencial habitante del nuevo mundo; un ser cargado de pasado, de aprendizaje, de cultura... un heredero de los tiempos vividos y también el ser creador con el que convive mientras la vida los habita, con quien comparte su mundo, pero sobre todo, el mundo. 

Esta toma de conciencia es primordial. El arquitecto pone su saber a disposición del otro dando un primer paso que aproxima su mundo, el constructo bio-cultural con el que cuenta, a el otro mundo, el invisible de ‘su’ habitante. 
La interacción de ambos mundos que se acercan construye un territorio nuevo, la plataforma de despliegue que propicia el permanente renacer de su semilla, esa constante vital del habitante que, haga lo que haga, va a acompañarlo hasta el último de sus pasos.

Al entregarse al HABITAR por encima de todos los verbos, el arquitecto se disuelve en un proceso alquímico; la arquitectura por encima de todos los nombres.


domingo, 8 de abril de 2012

Vestíbulos


                                             
Vestíbulos
Homenaje a la nada, como inicio que nunca se mueve. Fragilidad, tanta fragilidad y la desgracia de lo imperceptible, del silencio que no anda, que no dice nada, cosa serena, detenida. La arrogancia como insulto, hombre insolente que dice ser de hierro y es barro cocido y derretido por el sol de la terraza. Todo ha comenzado sin darme cuenta, casi sin quererlo. Desde lo apacible, amigo de Epicuro, pero que enorme tristeza al no caer en la cuenta de ese inmenso mar embravecido que viene tras mi espalda. Tsunami sin historia y memoria que arrasará por no haber vigilado, por haber perdido la silueta de las sombras que insinuadas en la entrada ya avisan. Quédate quieto hombre cínico, inmóvil si así lo deseas, que toda la calma que hoy tienes será mañana tu tumba de tierra y los cuervos reirán a sus anchas desde lo alto de las torres de vigía. Tu ingenuidad ahora maldita, rasgará tus ojos y la vulnerabilidad acompañará tu locura. Aquél que subestimó la imprevisibilidad del vestíbulo es amigo directo de lo frágil y la tormenta, y derramado como el agua no tendrá nunca más piernas que le ayuden a subir a la montaña. En la terraza estás hombre terco, ahí estás. Mira bien, mira bien; pero, ¿qué puedes ver si has perdido tus ojos subiendo? ¿Qué puedes sentir si has olvidado el tacto vacilando? ¿Donde está ahora toda tu fuerza? ¿Dónde el acero con el que fusilar? Derretido y sin lenguaje, sin mirada, atónito por no conocer aquello que conocías. Y los rayos del sol quemando tan fuerte la piel que sientes el corazón desgajado y sin primavera. Cuídate hombre incauto, cuídate de insinuar nunca más lo que la vida y sólo la vida al final te dará.
Cuídate hombre…
Ufarte