martes, 30 de septiembre de 2014

El olvido del habitante




“La arquitectura no se construye para ser “histriónica”, como sostienen algunos. A una ciudad que requiere tantos artefactos urgentes –como “una casa para cada uno”, escuelas, transportes –no le interesa que se coloquen esas guindas de pastel sobre sus desastres. Es algo estúpido”
Paulo Mendes Da Rocha

La ciudad grita para ser escuchada. Para enamorar y no verse enojada por el olvido. La ciudad pretende vacilar, exponerse ante nosotros. Cuando visité Londres este verano pude caminar a pié hasta la City del capital. La ciudad de los Rogers y los Foster. Todo parecía envuelto en celofán. Las prohibiciones de entrada, las escalas perdidas, la higiene de los sponsors. Podría haber caído en el embrujo de aquél canto porque no hay sombras donde apagar la fuerte voz con la que susurran. Podría haberme subido a un coche de lujo para desprender joyas y silbidos desde la ventanilla bajada. Probé a enamorarme, pero no pude. Se escapó todo el cautivo y despierto trasiego por la retina. Fue abundante, pero nada más. La ciudad no es sólo eso. La abundancia, cuando se ve de cerca, está vacía. Además, de qué sirve tanto espectáculo de superficie si sólo es máscara y cosmético. No puedo explicarme como todo aquél vendaval de arquitecturas no eran capaces de diálogo alguno. Están hechas para no dejar a hablar ni escuchar silencios. Se mueven continuamente en la especulación y el derroche. Por eso hay otras imágenes que son un alivio. El skyline del mendigo me salvó. La curvatura de su cuerpo reflejaba la misma que su pensamiento. Era un edificio en ruinas, apretado a sus manos, dejando caer la cabeza. Hasta podía ser la misma materia de los muros colindantes, desconchados. Exigía una rehabilitación, una conversación en la que explicara qué pensaba y cuál era su mundo. Es una pena que todo haya pasado desapercibido. La ciudad se ha acostumbrado a no poner nombre a este tipo de cosas. Somos capaces de asombrarnos ante la piel de los “fosteritos” sin conceder ni un segundo al hambre y la soledad de los mendigos. No tenemos punto intermedio ni lo necesitamos. La retina es siempre lo que cuenta, lo que da a este mundo su medida, su skyline. Y sobra todo lo que pueda comprometernos o avergonzarnos. Probablemente la City económica no nos invitará jamás a degustar el champagne de sus ejecutivos. Nos contentará con su cara bonita y pantomimas. Y a ser posible haremos fotos junto a la entrada de los edificios para subirlas a la redes sociales exhibiendo nuestra alcanzada fortuna retiniana. Mientras tanto, aquél cuerpo de lástimas y sueños perdidos, pasará junto a nosotros como si nada. Hemos convertido la ciudad en un muestrario de cuerpos de hierro, acero y hormigón, que son más importantes que el primer cuerpo del hombre. Le hemos dado más valor a las criaturas de los museos que a la vida misma que empujó a que emergieran. Somos así, tan despiadados como inútiles, tan exhibicionistas como superficiales. Casi umbrales, diría, las personas somos ya umbrales sin espesor, sin lugar intermedio, tan sólo superficie embadurnada en olor a Chanel y Christian Dior. Pero ahí quedan esas arquitecturas de los grandes empresarios; los mismos que no se dan cuenta de la caída del mundo.

Vivienda en Cuarte. Zaragoza



Partimos de una premisa inicial: cuidar y proteger la vivienda de un entorno sin aparente urbanidad. Desde ahí se origina una vivienda que emerge desde su condición maciza -acentuada en la visión “tapia”- trasladada a su exterior (poniente). Se trata de una vivienda que tiene uno de sus principios espaciales en el patio, y que ya de partida ofrece una toma de posición: “Por su condición introvertida, la casa patio ofrece una buena solución para combatir el problema del ruido procedente del exterior y, en general, para garantizar la independencia del espacio de la casa respecto al espacio público. El esquema no favorece, en cambio, el aislamiento entre las distintas áreas de la casa, orientadas hacia ese espacio abierto común […] Pero esto niega uno de los aspectos más atractivos de este tipo de esquema: la doble apertura visual y luminosa- la doble orientación- de cada habitación, y lo que es aún más atractivo, la consecución de una comunicación, al menos visual, que atraviese toda la secuencia de habitaciones a lo largo de huecos alineados.” Estas palabras del arquitecto Juan Antonio Cortés nos sirvieron de análisis y búsqueda en los primeros croquis, estableciendo una serie de postulados a la hora de proyectar que pueden resumirse en los siguientes:

a) El patio en esta vivienda no recoge todas las fuerzas espaciales, ni actúa como un organismo centrípeto como en un primer momento se pensó. Sin embargo, se sitúa justo en el punto más al norte; una vez traspasado el umbral de la entrada y su acceso. Desde ahí se reparte una composición radial hacia el sur que diferencia y su vez une –dependiendo que uso quiera darse- los tres núcleos principales: salón-estar, cocina y dormitorios.

b) Se ha intentado equilibrar, precisamente, el aparente antagonismo que aprecia Cortés en estas composiciones. Todos los núcleos principales dan al patio interno de la entrada generando estratos espaciales que pueden proponerse desde la unidad de todos y su continuidad o desde la diferenciación – carpinterías correderas que los separan- de cada uno de ellos. Con esto se consigue que exista un vínculo directo entre la búsqueda de aquella privacidad e intimismo y la doble orientación y encabalgamiento espacial entre el patio y la parcela en su cara más sur.

c) La radialidad parte de ese patio inicial y genera una figura o planta en abanico dentada que se abre según las necesidades de orientación y soleamiento. La vivienda ha sido pensada desde dentro, desde sus núcleos principales exponiendo su cara más silenciosa en el exterior –protección de la intimidad-. Desde ahí se origina un circuito encriptado que va exponiendo las diferentes capas espaciales gradualmente. Desde la entrada en adelante.

d) Se ha prestado especial atención a la vegetación y los árboles que se ubican en el patio de entrada, jugando con los ritmos estacionales y los contrastes producidos por la naturaleza.

- A los requerimientos del programa, se ha dado respuesta de la siguiente forma:
Salón- Estar 30.94 m²
Cocina 17.79m²
Dormitorio 1 10.58 m²
Vestidor (Dormitorio 1) 6.39 m²
Baño (Dormitorio 1) 3.78 m²
Dormitorio 2 10.56 m²
Dormitorio 3 10.59 m²
Aseo 4.05 m²
Distribuidor 12.77 m²
Aparcamiento 18.25 m²
Cuarto Instalaciones 5.69 m²
Patio interior 18.48 m²
Superficie parcela (según planos) 384.96 m²

Proyecto Básico y de Ejecución de vivienda unifamiliar aislada en c/ Emperador Domiciano s/n de Cuarte de Huerva. Zaragoza. Pedro Bel Anzué + Amo_arquitectura 
Vivienda de Roberto en el Blog de Pedro Bel