martes, 29 de noviembre de 2016

VII


¿Quién quiere degollarte?
¿La guerra?
Tú no hiciste nada,
sólo nacer:
como la flor,
el albaricoque florido
¿Y quién insiste en que así fue?
Qué pólvora queda en tus labios,
nada demuestra que tú estuviste allí
Nadie lo sabe
¿No serás tú quien se aferra?
¿No serás tú quien insiste?
sonido de piedra,
gravitante
superfluo
como el guante de tu cara
que todo recoge.
Aún así:
ni un gesto de paz,
de tertulia.
Sólo has venido a provocar,
enfermar la herida:
hiedra crecida
huésped terrible

VIII


Cuéntame,
dónde fuiste
calculo del amor:
dividiste
hasta el fragmento
mi cuerpo.
Un pedazo
suelto,
voló,
encontrándose a otro.
¿Lo sientes?
Sé que prefieres,
enmudecer,
callarte,
dar silencio a esta tarde.
Y yo no paro de hablar,
revolucionado,
al reencontrarte.
Creí que de aquél pedazo de carne,
no brotaría nada,
ni la muerte.
Pero el amor tiene estas cosas:
sube desde la fisura
y aparece finalmente frente a tus ojos